En mi experiencia personal, debo admitir que los cursos de Cálculo y Precálculo han resultado ser más desafiantes de lo que inicialmente anticipaba. Me he encontrado enfrentando conceptos que apenas recordaba o incluso que nunca había visto antes en mi vida. Es realmente sorprendente darse cuenta de la amplitud del conocimiento al que se puede acceder con tan solo un libro de texto, recursos en internet, tareas asignadas y una parte de las presentaciones del ingeniero Axel.
El hecho de haber llegado hasta donde estoy en estos cursos me llena de asombro y satisfacción. Cada día es una oportunidad para aprender algo nuevo y superar obstáculos que parecían insuperables al principio. La emoción de seguir adelante se intensifica al contemplar cómo una clase que inicialmente contaba con al menos tres docenas de estudiantes se ha reducido a menos de veinte personas. Esto no solo refleja el nivel de dificultad de los cursos, sino también la determinación y el esfuerzo que cada uno de nosotros está dispuesto a invertir para alcanzar nuestros objetivos académicos.